jueves, 25 de septiembre de 2008

Círculos viciosos

Hay veces en las que sin querer, queriendo, sin darnos cuenta o de manera consciente nos vemos envueltos en situaciones que nos rodean, nos acorralan y nos enredan. Y muchas de esas ocasiones nos sentimos como empaquetados, a modo de mailboxesetc, con un embalaje a nuestra medida exacta que no nos deja movernos y rodeados además mil pompitas de aire plastificado de embalar. Y a veces, quisieras romper y aplastar esas pompas como cuando eras pequeño y podías pasar horas reventándolas una a una o retorciendo el plástico para escuchar ese sonido tan característico del estallido de mil pompitas a la vez para hacerte un poco de hueco en la caja, y poder moverte aunque sea un poco y respirar. Y otras, te dejas acariciar y te acurrucas en ese embalaje protector porque prefieres el agobio y la opresión a la indefensión de la movilidad y la libertad.
Porque es complicado cambiar y mutar las situaciones no solo porque las circunstancias dificulten estos cambios, sino porque nosotros acentuamos estas dificultades. Y porque, seamos realistas, la pasividad es cómoda. No hay conflictos, no hay complicaciones, no hay interferencias. Eres tú y tu circunstancia sin más intención de cambiarla. Porque hay que ser valientes y no siempre lo somos.
Además, el papel de víctima es también muy cómodo. La impotencia irreal, la frustración irreal, las carencias irreales, las deficiencias irreales... todas te crean un aura de debilidad que hace que muchos quieran ayudarte. Pero más que eso, quizás se compadezcan de tí.
Y cuánto tiempo me pregunto, eres capaz de vivir así, alimentando tu pasividad de lástima y conmiseración. Cuánto tiempo puede uno vivir dentro de su caja, acomodado sin hacer explotar las millones de burbujas de aire que lo rodean de la rabia de no poder moverse desde hace siglos.
¿Cuanto tiempo vas a tardar en coger las riendas de tu vida?

No hay comentarios: