Vuelta y revuelta...

Los que me conocéis, sabéis que le doy vueltas y vueltas y revueltas a las cosas ... y los que no, pues ya lo iréis comprobando. De ahí este nombre revoltoso, aunque ya os cerciorareis que no es sólo por eso.

Ahora estoy de revuelta en esta ciudad, ahora estoy redescubriendo, recuperando y recordando, ahora que me toca revolverlo todo otra vez, ahora... ahora no me siento tan extraña como pensé que me sentiría. Y la verdad es que eso si que me sorprende, porque dejar atrás tanto tiempo y tantas cosas nunca es fácil, pero quizás tenga que revolver a donde antes estaba, así que no perderé el tiempo en echar de menos cosas que aún guardo en mi cabeza y en mi corazón, y sí en rememorarlas día a día.

Y ahora que he revuelto la casa, he revuelto los armarios, he revuelto mis cosas y casi he revuelto a mi familia, ahora... Y ahora que he dejado atrás tu olor, tu voz y tu mirada, ahora que creí que me costaría más que nunca, ahora, ahora,... ahora encuentro unos ojos que me llaman. No, no me llaman, me chillan, me gritan. Y yo les chillaría cada día. Y vuelvo a sentir cosas extrañas y me redescubro con cara de tonta. Y soñando. Y ahora, tengo miedo de ponerme demasiado trascendental, y de que esto se convierta en un monólogo pseudoromántico, pasteloso y demasiado edulcorado... Porque a partir de ahora, yo decidiré si revolver mi vida, mis sábanas y mi mente. Pero ahora pienso en unos ojos que me chillan cada mañana, y yo les chillaría todos los días. Y ahora que me enfrento de nuevo a mi revuelta vida, ahora despido algunas cosas para siempre y digo hola a muchas más. Bienvenidos a mi nueva revoltosa vida revuelta.

Y ahora, quiero prometer intentar no desordenar mucho mis ideas por aquí, porque revolcarme en mis propios pensamientos a veces me hace daño hasta a mí. Procuraré sacar tiempo para escribir, procuraré ser clara en mis planteamientos, procuraré no ser pesada, procuraré incluso escribir cosas interesantes, procuraré escribir siempre la verdad, pero advierto... sólo es una declaración de intenciones.

CATORCE DE JUNIO

Cerremos esta puerta.

Lentas, despacio, que nuestras ropas caigan

como de si mismos se desnudarían los dioses.

Y nosotros lo somos, aunque humanos.

Es nada lo que nos ha sido dado.

No hablemos pues, solo suspiremos

porque el tiempo nos mira.

Alguien habrá creado antes de ti el sol,

y la luna, y el cometa, el espacio negro,

las estrellas infinitas.

Ahora juntos, ¿que haremos? Sea el mundo

como barco en el mar, o pan en la mesa,

o rumoroso lecho.

No se alejo el tiempo, no se fue. Asiste y quiere.

Su mirada aguda ya era una pregunta

a la primera palabra que decimos:

todo.

José Saramago