Emocionalmente en alquiler

Hoy fue un buen día, por eso no entiendo este sentimiento que ahora, aquí ya ahora a solas y delante de mí me envuelve. Porque si fue un buen día, no esta siendo una buena noche. Y en estos momentos, los astros, los dioses y cualquier cosa que ande suelta por el universo se confabula en tu contra y todo parece empeorar. Hasta la música que suena de fondo parece querer entristecerme más. Pues como digo, fue una buena mañana. Muy buena diría yo. Y parte de mis 30 minutos de felicidad diaria obligada fueron debidos a que ojitos chillones me miró, me sonrió e incluso me habló. Vaya, tanto en un solo día después de tanto tiempo no podía ser saludable. Y ahora me siento aquí, en mi rutina diaria previa al sueño de evocación y "revival", y no puedo evitar plantearme algunas cosas.

Como ya he dicho, estoy de revuelta en la ciudad, y a pesar de todo no estoy en el lugar que me gustaría ni de la forma en que me gustaría. Porque si mi intención era realmente volver, para nada lo era de esta manera... pero la vida tiene estas cosas. Y aquí, en una casa que fue la mía me siento extraña sólo porque siento que ya no era hora de volver. Pero la vida tiene estas cosas.

Y si la vida aquí es más segura, cómoda, grata y estable, las rutinas diarias solitarias se apoderaron de mi vida después de tanto tiempo y ahora compartir con los que fueron, vuelve a ser duro. Igual debe serlo para ellos. Y no es por compartir, es porque ya era yo fuera, y ahora ya no soy yo otra vez aquí dentro. Y me siento absorvida por una situación que no quiero soportar. Así que miro a mi alrededor y asisto a momentos que me sobran y en los que yo sobro y que no debería ya presenciar. Me veo en situaciones que ya no me interesan y con las que no me siento identificada, y cosas a las que yo ya no le doy importancia vuelven a convertirse en un abismo imposible de evitar, y yo quiero evitarlo, de verdad que quiero.

Y aquí, en lo que fue mi reducto y ahora a mi pesar vuelve a serlo, observo, paseo lentamente mi mirada y quiero volver a ver una cama y mis cosas en su sitio, y no colgadas de puntas en las paredes hasta que las organice en mi vida y en mi mente. Y de una pared cuelga mi infancia y mis recuerdos y de la de enfrente lo que traje conmigo y no se dónde colocar. Y eso es una faena, porque no se si me sobran cosas o me falta pared.

Y si me siento como ya dije menos rara de lo que creí que me sentiría, no puedo evitar tener momentos de nostalgia de soledad. No, creo q me equivoco, no es nostalgia de soledad, es nostalgia de ser dueña, dueña de mi vida y no tener esta sensación de estar emocionalmente en alquiler.

Y ahora, me planteo como terminar el día de hoy para que ... bueno, parece que mejoran las cosas. Debe ser telepatía. Suena mi teléfono.