jueves, 31 de julio de 2008

Síndrome del nido repleto

Esta tarde ha llegado a casa mi hermana. Está estudiando fuera y vuelve ahora en verano, sólo poco más de un mes, para estar aquí las vacaciones y trabajar un poco para ahorrar y poder volver y pagarse el piso. Es lo que tiene no estar forrados... tienes que hacer pequeños esfuerzos para conseguir las pequeñas cosas que te propones. Bueno, pues ha llegado hoy como os decía. Mi madre aún no se ha repuesto de ver todos mis tiestos amontonados por los rincones cuando encima de los mios ha tenido que colocar una segunda tanda de cajas.
Con lo tranquilos que se habían quedado ellos...
Hombre, intento bromear un poco con el tema, pero quiero plantearme que si para mi, ha sido duro volver aunque sea por la circunstancias que se han planteado, imagino que para ellos que ya se habían acostumbrado a estar solos, también lo habrá sido. Nada tiene esto que ver con el hecho de que estorbemos ni mucho menos, pero sí con lo que ya comenté en alguna ocasión: el hombre es animal de costumbres.
Menos mal que esto ha sido progresivo, que al principio llegué yo para que fueran haciéndose un poco la idea y ahora pues ya somos cuatro otra vez. Por lo menos les ha dado tiempo a acostumbrarse a tener a un ser pululando por la casa y a escuchar otra vez ruidos extraños sin asustarse.
Quiero aprovechar desde aquí para agradecer el apoyo sin condiciones ante estas idas y venidas en búsqueda de futuro. No se que va a pasar hasta entonces, pero es septiembre mi hermana volverá a marcharse y yo, si los planetas se alinean y los dioses se ponen por una vez de mi parte, puede que encuentre un trabajo, aquí o en otra parte. Las ironías que tiene la vida: cuando vuelvan a habituarse a esta situación, volveremos a volar y entonces lo que les parece ahora repleto, les resultará vacío.

No hay comentarios: