jueves, 15 de octubre de 2009

Walking, running, cycling.

Las lámparas nunca fueron buen lugar para dormir
a menos que a veces vivas boca abajo.
Una sonrisa infantil corre más, más que tú
y en dirección contraria
con la esperanza de que haya un punto medio de encuentro
entre la fuente y el espejo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece que reflejas muy bien ese mundo infantil, esa habitación una lámpara como cielo y el espejo como escapatoria... Muy bueno.

Leticia dijo...

Muchas gracias por tu aportación... aunque no lo sepas, para mí es una prueba de que uno escribe lo que quiere, pero la vida le hace entender otras cosas, jajajaja.
Es genial que cada uno pueda interpretar lo que más le guste.
Si te contara en qué pensaba yo el escribir esto te sorprenderías, pero me parece estupenda tu percepción de un mundo infantil.
Muchos besos y vuelve cuando quieras.

Anónimo dijo...

Vaya, siento haber metido la pata. Me pareció algo muy dulce.

Leticia dijo...

No, por favor. Nunca te avergüences de lo que te evocan las cosas. Mi intención es transmitir un sentimiento, que para tí es otro. ¿Y qué más da? Si te gustó o te emocionó, el objetivo ha sido conseguido.
Muchas gracias!