miércoles, 5 de noviembre de 2008

Rebozarte en tus recuerdos

Reclamar las cosas que un día se dejan atrás por conveniencia o por miedo a enfrentar situaciones está feo. Eso me lo enseñaron de pequeña, pero parece ser que a no. Bueno, no voy a culparte por ello ya que no te culpé por otras cosas mucho peores.
No creas que me siento especialmente bien porque hayas llamado finalmente, o porque esto haya sido un pulso y yo he podido más. No. Ésta es tu lucha y yo le dejé atrás hace mucho mucho mucho tiempo. Tanto como casi un año.
Por eso me ha sorprendido más que hayas dado la cara o en este caso la voz a que llamaras para recuperar cosas que podían haber desaparecido y que no sé por qué no desalojé en su momento, ya que todo el mundo me lo decía y redecía. Y mira si es curiosa la vida, que parece que no deja que las cosas terminen por apaciguarse en la memoria, o eres tú que tienes alma y espíritu fastidioso y molesto. Pero molesto de molestar, molestón sería la palabra, que no se si existe, pero si no es así se lo dedico a los ojitos que me chillaban. Porque eso de ni come ni deja comer, es tónica habitual en tu vida. Porque yo, ayer y digo ayer no como pasado, sino como fecha exacta, terminé de borrar tus mensajes de mi móvil. Y no se por qué, como intuyendo que yo te había borrado de mis sms memoriados y rememoradores vuelves a aparecer hoy haciendo lo que dicen que es el mayor ridículo de tu vida. No lo creo, no voy a otorgarme ese título porque se que has hecho muchas estupideces, como todos y todas que tampoco voy yo a eximirme de eso. Tampoco tú fuiste mi estupidez más grande, que también he hecho muchas. Entre otras, alegrarme al saber que por lo menos estás vivo, porque sinceramente espero que todo te esté yendo bien.
¡Ay amigo! Que yo eso lo dejé atrás hace mucho en mi alma aunque menos en mi memoria, pero no duele que es lo bueno. Y tú, al cabo del tiempo, al cabo del año, te rebozas en tus recuerdos para bien o para mal y marcas un teléfono.

No hay comentarios: