Creo que fue el viernes os dije que tenia pensado hablar de varias cosas, de conversaciones y discusiones varias que había tenido, pero mea culpa por abandonaros por una cervecita con más charla, más discusión y más disertaciones y divagaciones.
Una de esas conversaciones iba sobre el materialismo. Y tengo que decir que terminé bastante enfada con el tema porque una persona que me conoce bastante bien creo, llegó a la conclusión el solo de que yo soy materialista. Y la verdad, es que si lo hubiera planteado de otra forma, hubiera ganado porque es complicado mantenerse al margen hoy de la sociedad de consumo tan devastadora, pero cometió el pequeño error de sacarse él del saco, y eso ya no...
Definamos materialismo, que fue el primer paso erróneo creo. Vamos dejar a un lado concepciones filosóficas de tendencias antiidealistas por el momento (aprovecho para meter la cuña... lo siento http://es.wikipedia.org/wiki/Materialismo ) y centrémonos en la concepción más común del materialismo, como etiqueta peyorativa para un estilo de vida que busca riqueza, dinero y comodidades, en vez del desarrollo espiritual o mental. Vale, centrados ahí estamos. Partiendo de ese planteamiento y dejando muy claro que no creo que me encuentre en ese tipo de vida, pasemos a la definición de valor. Acepción primera de la RAE: Grado de utilidad o aptitud de las cosas, para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite. Éste es mi "valor" de las cosas, es decir, las valoro en función de ellas mismas y de la utilidad que puedan tener para satisfacer ciertas necesidades, va más allá del valor material puro y duro y es básicamente emocional. Diferente es que yo les otorgue ese valor por acompañarme en esta vida y por serme útiles. No es un valor a "la cosa" sino a lo que significa en mi vida o ha significado. Una foto, una nota, un sms, ... cualquier cosa puede tener valor.
Voy a poner el ejemplo que te puse a tí el otro día, a ver si de esta manera soy capaz de explicarme. Mi malograda cámara de fotos. Ya sabéis que ya no me acompaña a todos lados porque sufrió un pequeño accidente. Son los gajes del oficio de esta pseudoreportera gráfica, que hay que meterse en sitios complicados y la última misión, pues causó baja. Bueno, y ¿qué valor le doy yo a mi cámara? Primero, básico y fundamental: valor emocional. La cámara la compré en un viaje, con lo que eso ya conlleva, además con alguien que fue muy especial, y para mí fue casi como un "regalo" de quien no sabía cómo hacerlos ni cómo decir lo importante que eres. Además de eso, me acompañaba en todo momento, siempre en el bolso o la mochila, para inmortalizar cualquier cosa importante, momento especial o instante insignificante. Para mí, era una parte importante de mi recuerdo personal y colectivo porque todos aparecéis en esas fotos. Diré más, de nada servirían si no estuvierais ahí, porque no quiero un book vital con mis mejores poses, que ya es difícil que yo salga bien en una foto... Es mi biografía y mi memoria colectiva en imágenes. Pues cada cosa, cada una de esas cosas por las que tú dices que yo soy materialista, cada una son importantes porque forman parte de mi vida y de nuestra vida, de nuestra vida compartida, de la que formáis parte todos a los que quiero. Todas esas cosas son importantes por su valor, llevas razón, pero por su valor emotivo. Si eso es ser materialista, lo soy. Si pretendo con esto ser rica, si lo soy por tener pequeñas cosas a mi alrededor que me hacen feliz porque me hacen recordar buenos momentos. Soy enormemente rica en eso.
En lo demás, no. No valoro un coche, una ropa de marca pero sí unos buenos zapatos, lo siento pero es que son mi debilidad. Tampoco voy a negar que tengo caprichos, como todos y si están dentro de mis posibilidades, cumplo mis deseíllos diarios pero sin obsesionarme. Nadie dice no a mejoras y progresos que hacen que tu vida sea ante todo más segura, pero no confundamos eso con llenar una vida vacía de detalles con grandes cosas caras. Son dos síndromes de Diógenes completamente diferentes. Yo corro el riesgo de llenar mi vida de pequeñas cosas que me hacen sentirme muy afortunada, el otro, el materialista de hoy la llena costosas excentricidades.
Y si yo me meto en el saco, métete tú conmigo, que tú eres un geek adicto a la última tecnología y con un tatoo en hexadecimal en la pierna, y me encanta que seas así. Y si te sales, sácame que hace mucho que nos conocemos y tú debes saberlo, soy enormemente rica y afectivamente materialista.
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